Alba Serrano ✨ Volta al Montblanc

Esperant l’arribada del darrer grup d’aquest estiu a l’aubergue de Jeunesse de Chamonix, conegut per moltes cordadenques, coincideixo a l’hora de sopar amb Alba. M’explica que acaba de fer el Tour del Montblanc en solitari i amb tenda de campanya…. uauuuu, em sembla una gran aventura als seus 20 anys i li demano que si fa crònica me la passi, per fer-la arribar a la colla… aquí la teniu espero us agradi.

Josep

TOUR DU MONTBLANC 2024- ALBA SERRANO

16/08/24
Hoy era día de viaje, he llegado a Chamonix a las 8 am. Una mujer delante de mi en el bus le estaba haciendo un vídeo de 5 minutos al césped y árboles, sin saber que detrás de la curva se empezaban a ver los cuatro miles con su nieve y glaciares. No he podido evitar pensar en que para ella era increíble solo el hecho de ver algo de naturaleza, mientras que como yo estaba esperando algo más, no estaba disfrutando de las “pequeñas” cosas como ella hacía.

Este será uno de los objetivos de mi viaje, valorar el presente dejando a un lado las aspiraciones o mis expectativas de la ruta. Empiezo este viaje sola, con muchas ganas de ponerme a prueba a mí misma, un reto que llevaba todo el año organizando y anhelando y que mañana será una realidad.

17/08/24
A las 4 am me despertó la lluvia, a las 8 no sabía si comenzar la etapa. Tenía un día de margen, pero gastarlo ya el primer día… Al final estábamos todos igual y decidimos empezarla. Toda la gente corriendo para que sus tiendas sin doble techo no se mojasen…barro…charcos… palos mojados… niebla… Así, con un chubasquero y toda mi tienda mojada empieza mi aventura.

Empiezo a darme cuenta de que la ruta se me va a hacer un poco dura con lo que me pesa la mochila. Igualmente llevo buen ritmo. Hay mucha gente que viaja sola y como es un camino muy concurrido me siento bastante segura. Conozco a gente de diferentes partes de Europa, todo el mundo es muy agradable, por lo que aunque voy sola, no está el sentimiento de soledad que muchas veces en la gran ciudad sí que está presente.

La lluvia nos ha dado un poco de tregua, pero pasando Les Contamines empieza a diluviar otra vez. Una cuesta al Refugio de Nant Borrant al final del día mientras llueve apetece poco, pero montar la tienda corriendo para que no se te moje nada después de 25km y +1500m tampoco es de mis mejores planes. Igualmente, ha sido un día muy especial, ha llovido y los ríos bajaban con mucha fuerza. Con la niebla los paisajes eran diferentes y al no ser una ruta expuesta y estar muy bien indicada, no estaba la preocupación de perderme, aunque nunca hay que bajar la guardia en la montaña.

Al ir yo sola tardo siempre un poco más que las demás parejas y familias que hay conmigo, pero sé que si en algún momento necesito cualquier cosa están dispuestos a ayudarme. Al fin y al cabo, ir solo tiene sus ventajas y sus desventajas, ya que hoy he podido llevar mi ritmo sin esperar a nadie (o sin preocuparme de que nadie me esperase) y todas las decisiones las tomo yo sola, tanto las buenas como las malas.

18/08/24
Hoy ha sido un día duro, no paró de llover desde las 7 am hasta las 11 pm, mucha niebla subiendo a Col du Bonhomme, mucho barro y un poco de frío. El terreno era más técnico que el primer día, pero lo he disfrutado más. Arriba almorzando en el refugio había un grupo de amigas de anciana edad compartiendo su comida. Me han recordado a mí, Sofía y Nuria en nuestros viajes a Pirineos. Ojalá algún día ser como ellas y aunque pasen los años nunca desaparezcan las ganas de seguir en la montaña.

Al llegar a Les Chapieux me para una familia de Estados Unidos que me habían visto arriba, (la gente se suele quedar con mi cara porque soy pequeñita, voy sola y solo tengo 20 años) diciéndome que me veían muy bien, muy contenta y que me daban muchos ánimos. Supongo que aún me quedaba subir a Col de la Seigne y no me permitía estar cansada, pero razón tienen que en ningún otro sitio más que en las montañas estoy tan contenta.

A partir de ahora me lo pensaré 2 veces cuando escuche la palabra “Col” porque vaya poca risa subir +600m al final del día lloviendo y con nubes. Veo detrás de mí a una chica rubia con ropa y mochila azul (debía ser una alucinación porque yo también soy rubia y tengo mochila y ropa azules). La alucinación se llamaba Olivia y hablaba francés y como estábamos las 2 solas en la montaña decidimos hacer vivac juntas arriba.

Es la primera chica que me encuentro que también lo está haciendo sola y, hablando de nuestros viajes y de dónde veníamos, se hizo de noche y nos fuimos a dormir, esperando que al día siguiente hiciera sol para ver las vistas desde arriba y se nos secaran las zapatillas y la ropa.

19/08/24
Un arcoíris al abrir la tienda por la mañana me dice que hoy será un buen día. El sol más esperado del viaje me recibe al cruzar la frontera a Italia. Todas las personas que me cruzo tienen una sonrisa de oreja a oreja, se acabó andar con las zapatillas mojadas y poco a poco el barro de los caminos va desapareciendo y se hace más fácil andar.

Una bajada con vistas preciosas y algunas marmotas que se cruzan por el camino hacen que me olvide rápido del dolor de pies y me suben los ánimos para seguir hasta Courmayeur. Como hoy hace sol, la temperatura también sube y en algunas cuestas arriba se nota la diferencia. También tengo que estar más pendiente del agua que me queda, pero pasito a pasito voy cumpliendo hasta el Refugio Maison Vieille.

Al llegar hay un ambiente increíble, muchas personas disfrutando del fin de su etapa, también muchas otras me felicitan por haber llegado, aunque no me conozcan, por lo que mientras relleno cantimplora felicito a otros pocos que llegan y se empieza una cadena de felicitaciones. Ese pequeño gesto en realidad significa mucho, porque al viajar sola no tienes a nadie con el que celebrar el final de etapa, simplemente te queda darte la enhorabuena a ti misma y saber que lo has conseguido otro día más, pero al haber tanta gente viajando sola se crea un ambiente genial donde te sientes muy arropada.

Continúo hasta un camping en Courmayeur, ya que al contar con presupuesto limitado (soy aún estudiante no trabajo) no me puedo permitir los precios de los refugios. En la cuesta abajo tengo la mala suerte de torcerme el tobillo y un poco agobiada por si podré acabar la ruta y ya casi de noche llego al camping el cual no estaba bien indicado en el mapa y me hizo perder mucho tiempo intentar encontrarlo.

20/08/24
Como ayer anduve un poco más, la etapa de hoy no es tan larga y me puedo permitir comprar comida (poca gracia porque me vuelve a pesar la mochila) y lavar un poco la ropa que estaba llena de barro mientras se seca colgada en la mochila mientras ando.

Me traje en el botiquín alguna crema antiinflamatoria y por ahora mi tobillo va aguantando. También pasé por la farmacia a por una tobillera, pero tampoco me gustaría forzarlo y acabar con una lesión importante, pero como mientras voy caminando y está caliente no me duele tanto iré haciendo las etapas poco a poco. Soy estudiante de medicina irónicamente, pero también soy muy cabezota y si tengo un plan en la cabeza pocas veces lo abandono. ¡¡Además me he comprado una pizza artesanal italiana con un queso riquísimo!! Se acabaron las quejas.

También en este viaje tengo que aprender a no compárame. Me agobia un poco ver a gente adelantándome. No debería, no sé nada de esa gente. No sé si es su primer día, si solo están dando un paseo por el río, si duermen en una cama y están más descansados, si llevan toda una vida preparándose… Ve a tu ritmo, aquí en la ruta como en la vida, a pasitos cortos se llega donde quieras, no te compares, cada uno lleva su ritmo y sus complicaciones.
Pd: ¡¡No eres la única con complicaciones!!

21/08/24
Hoy paso a Suiza por Col Ferret. Ya se va haciendo cada día más duro empezar las etapas. Los gemelos y la suela de los pies ya me duelen un poco. Al cabo de 30 minutos cuando ya has calentado deja de doler y caminando en modo automático disfruto de las vistas, aunque la parte de Suiza es la que más alejada está del Mont Blanc y las vistas no son tan impresionantes. Llego a La Fouly y cojo un bus a Champex Lac. Mucha gente haciendo el Tour también lo coge. Me consuelo diciéndome esto para no verlo como una derrota y como un acto de cariño a mi tobillo porque el pobre me duele mucho y si quiero acabar la ruta tengo que descansarlo y hacer con él el menor esfuerzo.

Descanso en el lago mientras veo los patos nadar, parece toda una vida desde que empecé la ruta y estaba lloviendo, ahora hay calma. En unos días desaparecerán las comidas con vistas a los glaciares, no habrá casitas de madera ni bonjour cada vez que pase alguien a tu lado y volveré a la rutina, pero por ahora disfruto de esta “burbuja” de viaje en la que las únicas preocupaciones son que no me pese mucho la mochila e ir sumando kilómetros.

En el camping de hoy también conozco a un par de personas, me invitan a hacer estiramientos con ellos y poco a poco nos vamos deshaciendo de las agujetas (o eso no gusta creer) mientras reímos y contamos anécdotas del viaje.

22/08/24
Hoy me despierto pronto, será día largo. He decidido no hacer la variante de Fenêtre D´Arpette pero igualmente tengo que llegar a Tré le Champ que son 26km +1500 -1700 y se dice pronto. Hoy me siento mejor al haber descansado un poco ayer, puedo seguir a mi ritmo. Por casualidad me encuentro a unos chicos jóvenes de Lyon que me acompañaron el segundo día. Me preguntaba si los iba a volver a ver. Un chico también tiene la rodilla mal pero poco a poco todos vamos completando las etapas.

Hoy me he encontrado a pocas personas en el camino, supongo que al haber un par de variantes estamos más dispersos. El primer día sí que había mucha gente, hoy he podido disfrutar de senderos con la tranquilidad y paz de estar sola, aunque cada media hora pasase un corredor adelantándome como si esa cuesta fuese un paseo por la avenida. La gente que vive en estas montañas está acostumbrada a tantos metros de desnivel… yo… no tanto, pero hago lo que puedo con los recursos que tengo.

Paso por Col de la Forclaz y llego a Trient. Los paisajes se me van haciendo más conocidos ya que el verano pasado también estuve por estas zonas. Se va notando ya el calor y aun me quedaba una cuesta que había infravalorado bastante hasta Col de la Balme. Creo que la cuesta más interminable de mi vida, igual por que ya llevo muchos kilómetros, igual por el calor, igual por que me pesa la mochila, pero finalmente llego al refugio y con unas vistas increíbles y bastante viento compro algo de comer y un brownie para conseguir fuerzas para la bajada.

Hoy comparto cena con un chico de Dinamarca que había dejado su trabajo hace 2 días y mañana empezaba su Tour du Mont Blanc. Se había comprado un bote gigante de Nocilla y como vio que le pesaba mucho la mochila le iba dando a todo el mundo para no cargar con él mañana.

He visto uno de los atardeceres más especiales de la ruta, con el Mont Blanc de fondo, pensando otra vez en Nuria y Sofía y los atardeceres en Pirineos. En nuestras “montañas melocotón” que es del color que se ponen cuando les dan los primeros o últimos rayos del sol. Y es que, aunque no sean montañas de referencia mundiales o estén llenas de nieve y llamen a muchos turistas como el Mont Blanc, una ruta por algún pueblo de Pirineos y algún tres mil en buena compañía también es un plan increíble. Hoy miro al cielo y me acuerdo mucho de ellas y de nuestras noches mirando las estrellas. Supongo que la nostalgia también te acompaña cuando viajas sola.

23/08/24
Último día de esta aventura, pero tengo que llegar pronto al albergue, no me acordaba que en la montaña se cena pronto. Comienza el día con una subida (como la mayoría de los días) pero este es el último día de subidas así que voy a disfrutarla todo lo que pueda.
Llegando al Lac Blanc decido que cogeré el teleférico de Brévent. Si no, iba a estar todo lo que me quedaba de ruta sin disfrutar, pensando en ir rápido y así le doy un pequeño respiro a mis piernas. Por lo tanto, como con tranquilidad en los lagos, mirando a la gente que va y viene, de todas las edades, pero todas disfrutando de las vistas tan increíbles que nos dan el Mont Blanc y Aiguille du Midi.
Me preparo para los últimos kilómetros hasta Brévent, donde te acompaña durante todo el camino un paisaje de ensueño. Estoy muy orgullosa de haberme atrevido a hacer este viaje. No ha sido un paseo, ha habido momentos difíciles, momentos donde solo me apetecía tirarme al suelo del cansancio, pero también momentos de mucha alegría y de plenitud que le ganan a cualquier contratiempo surgido. Chamonix ya tiene asegurado unas semanas al verano que viene. ¡¡Nuevos proyectos!!

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